Las señales de alto de Dios

Las señales de alto forman parte de la vida en casi todo el mundo. Muchos países usan la palabra inglesa “stop” en estas señales octagonales. Otros países la usan en el idioma nacional. Estudios han encontrado que el público tiene un entendimiento variado del significado de estas señales. Algunos creen que no significa que realmente haya que parar, especialmente si no viene ningún otro vehículo. Muchos sencillamente siguen su camino, pasando la señal de alto más lentamente. Por esa razón, en muchos lugares ahora usan más señales de “Ceda el paso” o las rotondas.

Sin embargo, por razones de seguridad, a veces es esencial tener señales de alto. ¿Qué significa realmente la palabra “alto”? Es un mandato, que significa “frenar” o “detenerse”. “Alto” no significa que no puedas avanzar después de haberte detenido. Significa que debes parar y evaluar la situación. Asegúrate de que el camino esté despejado y que sepas cuál camino tomar en la intersección.

¿Qué dice la Biblia de hacer un alto? Muchas traducciones de la Biblia no usan la palabra “alto”; usan muchos sinónimos tales como: “sé vigilante”, “velad”, “considerad”. Considera estos mandatos: “No matarás. No cometerás adulterio. No hurtarás” (Éxodo 20:13-15). ¿O qué tal las palabras de Jesús?: “Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee” (Lucas 12:15).

A veces Dios nos detiene cuando estamos decididos a tomar una dirección equivocada. Quizás aun no comprendamos que es Dios el que nos está deteniendo. Sin embargo, él puede usar personas: padres, maestros, un policía o un amigo que se preocupa. También usa cristianos preocupados y su Palabra, la Biblia.

El rey David había cometido un acto inmoral con la mujer de otro hombre. Había mandado a matar al esposo para poder tomarla como mujer. Pero David tenía un amigo que le trajo un mensaje de parte de Dios diciéndole que había hecho mal, pecando contra Dios y otras personas. Su amigo fue el profeta Natán quien fue la “señal de alto” de Dios. Natán le contó una historia a David de un rico que tomó para sí un cordero de un pobre para banquetearse. David, enojado, mandó que el rico muriera. Entonces Natán le dijo a David: “Tú eres aquel hombre” (2 Samuel 12:7). David era igualmente culpable que aquel rico. David reconoció: “Pequé contra Jehová”.

El Salmo 51 luego nos cuenta del arrepentimiento de David por el mal que había cometido. David clamó pidiendo la misericordia de Dios y dijo: “Lávame más y más de mi maldad, y límpiame de mi pecado. Porque yo reconozco mis rebeliones, y mi pecado está siempre delante de mí” (Salmo 51:2-3). Él clamó pidiéndole a Dios que lo lavara de sus pecados. “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí” (Salmo 51:10).

Considera las señales de alto que Dios pone en tu camino por medio de otros y mayormente mediante la Biblia. Él te llama a tomar responsabilidad personal por tu vida y tus hechos. Recuerda que Dios te llama a seguirlo. “Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas: No tengo en ellos contentamiento” (Eclesiastés 12:1). Al final, no podremos culpar a nadie, sino a nosotros mismos por el camino que hayamos elegido seguir.

Debemos considerar las consecuencias de nuestras decisiones. “Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad sobre vuestros caminos” (Hageo 1:7). ¿Cómo será nuestro fin si seguimos el camino que hemos llevado hasta el momento? ¿Nos llevará a la desesperación o a algo peor? ¿Nos llevará a Dios y a la vida eterna con él, o nos llevará al infierno?

Más que todo, necesitamos considerar nuestra relación con el Señor Jesucristo. ¿Hemos hallado que él es nuestro Señor (el que nos controla) y Salvador? ¿Hemos prestado atención a su Palabra incluyendo sus “señales de alto”? Las señales de alto en la carretera son de bendición. Están para nuestro bien. Nunca me he arrepentido de haberme detenido ante una de estas señales. Y nunca me arrepentiré de prestarle atención a las señales de alto de Dios.

“Ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios” (Romanos 6:13).

De: Una mano amiga

Détails
La Langue
Español
Auteur
Roger Berry
Éditeur
Maná Digital

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