¿Hay algo malo en ser cínico?

Existen muchas experiencias negativas en la vida que nos pueden volver cínicos. El cinismo es una trampa de Satanás. Muchos son los que caen en ella para nunca más salir. Un espíritu cínico y el Espíritu Santo no conviven bien en un mismo cuerpo. ¡Huyamos del cinismo!

¿Hay algo malo en ser cínico?

Un día, un amigo me confrontó acerca de una actitud cínica que él observaba en mí. Me dio la impresión de que el cinismo no es bueno, pero yo no sabía qué era realmente. No sabía si era importante saber si soy cínico o no.

Decidí, pues, estudiar más de cerca lo que es el cinismo y cuáles son sus efectos en nuestra vida.

¿Qué es el cinismo?

El cinismo es una actitud general de negativismo y desprecio para con otros. Hace creer que las demás personas son motivadas por el egoísmo, que no son sinceras, y que difícilmente cambiarán su forma de ser. Es una actitud que critica la virtud de la honradez y de vivir rectamente, entre otros principios más que Dios ha establecido. Consiste en un prejuicio que no acepta a otro tal y cómo es. Siempre lo considera excesivamente preparado o si no, muy ignorante; demasiado humilde o si no, muy orgulloso.

Sin duda, existen muchas experiencias negativas en la vida que nos pueden volver cínicos. En realidad, son resultados directos o indirectos de la caída del hombre en el huerto de Edén. A continuación tenemos unos ejemplos:

  • El padre es machista para con su familia y sus vecinos y no quiere dejar sus malos hábitos.
  • El hombre dedica su vida entera al trabajo, pero nunca supera.
  • La jovencita se vuelve vanidosa y arrogante.
  • La mala hierba crece y nunca se acaba.
  • Los desastres naturales destruyen propiedades y arrebatan vidas.
  • Los jóvenes sufren heridas y hacen sufrir a otros.
  • Las iglesias van de mal en peor año tras año por no hacerle frente al grano de sus problemas.
  • Los gobiernos se enfrascan en disputas y pelean.

Hay muchas cosas que pueden causar una reacción de cinismo. Ante las situaciones mencionadas anteriormente, ¿qué actitud toma el cínico? El cínico se vuelve experto en pintar cuadros exagerados o no reales de un asunto, haciendo comentarios chistosos, pesimistas, sarcásticos, o negativos dirigidos a las personas involucradas.

El cinismo es una trampa de Satanás. Muchos son los que caen en ella para nunca más salir. El cinismo es un obstáculo en la vida del cristiano. Destruye el deseo de ayudar a otros. Impide el crecimiento espiritual. No permite que la persona se humille para pedir consejo de otros. El cinismo cierra la puerta a las oportunidades de hacer el bien.

El cinismo nos convierte en personas que observan a los demás de largo con una actitud de juez. En vez de pedirle a Dios para que le enseñe a amar, y que le proteja de las necedades que otros cometen, se envuelvan en actitudes de crítica y desprecio para con ellos. El cinismo llega a ser el “pan diario” para ellos. Es una forma astuta en que Satanás logra entrar en el corazón para destruirlo.

El cinismo presenta disculpas por el cínico para evadir responsabilidad. Le hace descreditar el bien que otro hace, porque duda siempre de sus intenciones. El cinismo discapacita a la persona, limita su capacidad de juzgar rectamente y entorpece su discernimiento. Muchos son los que han caído en las garras destructivas del cinismo, perdiendo así su capacidad de ser útiles para Dios.

 Se hace crítico, indiferente, sarcástico, resentido, y endurecido cuando otro intenta ayudarle ver su problema.

Después de unos años bajo el efecto destructivo del cinismo, algunos se vuelven amargados. Se encierran en sí mismos de manera que poco les importa la vida de otros. No se relacionan bien con los demás a no ser que se encuentren con otro cínico igual a ellos. El cínico desarrolla la habilidad de apagar el ánimo de otros y halla difícil asociarse con otros de forma competente.

Hay los que se vuelven cínicos en un esfuerzo de lidiar con los problemas de la vida. Pero esto no es la “vida abundante” de que nos habla la Biblia. Una entrega completa a Dios es lo que trae sentido y propósito a nuestra existencia. La diferencia entre estas dos formas de enfrentar la vida es la diferencia entre la persona de fe y la que no tiene fe.

Notemos algunas máximas en cuanto al cinismo:

“El cinismo es el sendero a la autodestrucción.”
 –Anónimo

“El cinismo no es realista ni firme. Es falso y un tanto cobarde porque te enseña que no vale la pena hacer el intento.”
–Peggy Noonan

“El cínico no es sólo el que repasa las experiencias amargas del pasado, sino el que de manera prematura también se desalienta en cuanto al futuro.”
–Sidney J. Harris

“El idealismo es lo que antecede a la experiencia; el cinismo es lo que la sigue.”
–David T. Wolf

“Nunca seas un cínico, ni siquiera de forma moderada. Nunca te sumes al sarcasmo, ni siquiera contra el diablo.”
–Vachel Lindsay

Un autoexamen para el cínico

¿Con cuántas de las siguientes declaraciones te identificas?

  • Sientes que tienes un exceso de trabajo, o te encuentras desempleado, o tienes empleo, pero crees que te pagan mal.
  • Eres una persona intelectual atrapada entre otros de poco intelecto.
  • Has descubierto que los de tu comunidad no aprecian a las personas inteligentes como tú, ni las valoran.
  • Has descubierto que, más bien, los que reciben reconocimiento son imbéciles.
  • Te gustaría ver a todos los tipos populares desterrados a Siberia.
  • Detestas oír hablar de la importancia de trabajar en equipo.
  • Los fanáticos que creen que tienen todo en orden te hacen reír (o llorar).
  • Te inclinas a creer que el “crecimiento personal” debe de ser algo no deseable.
  • Te sientes desilusionado o hasta disgustado con la vida y con otras personas.
  • Quisieras haber vivido en otra época, o en otro lugar.
  • Has concluido que toda la civilización va por mal camino.
  • Poco te importa que toda la civilización vaya por mal rumbo.
  • Te gustaría hallar a personas en algún lugar del mundo que entienden las cosas tal y cómo tú las entiendes.

-Adaptado de “Cynics’ Sanctuary” (El santuario del cínico).

Vencer el cinismo

Es sorprendente la manera en que Dios nos da una nueva perspectiva de las personas y de la vida cuando nos arrepentimos y abandonamos el cinismo.

Primero, llegamos a vernos como una persona más de entre las muchas que necesitan de Dios, pero una persona que Dios sí puede cambiar. Dejamos de ser el espectador que observa con desprecio a los demás y a la vida misma, y pasamos a vernos a nosotros mismos como sólo uno de los millones que ha aprendido unas cuan tas cosas, pero que todavía tiene mucho que aprender de otros.

Alguien dijo recientemente: “Cada vez que un hermano me trae una queja que no parece válida o justa, me digo para mí mismo: ‘Gracias, hermano, por su contribución. Yo quiero conocer mejor a Cristo a través de usted.’” Tal actitud es indispensable si queremos aprender, crecer, llevarnos bien con otros, y disfrutar de la vida. El cinismo no permite eso y no da la satisfacción verdadera.

David y Salomón tienen mucho que decirnos acerca de los “escarnecedores” y cínicos.

Salmo 1:1: “Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado.” Apartarnos de los cínicos es un paso primordial para abandonar el cinismo.

Proverbios 1:22: “¿Hasta cuándo, oh simples, amaréis la simpleza, y los burladores desearán el burlar?” Los cínicos aman el cinismo.

Proverbios 3:34: “Ciertamente él escarnecerá a los escarnecedores, y a los humildes dará gracia.” Dios da gracia a los que llevan a él sus cargas y reponen el cinismo con la humildad.

Proverbios 9:8: “No reprendas al escarnecedor, para que no te aborrezca; corrige al sabio, y te amará.” Lo difícil en tratar de ayudar a las personas cínicas es que éstas dudarán de tus motivos. Una vez que una persona se ha vuelto decididamente cínica, no querrá dejar de ser cínica. El cinismo se habrá convertido en un estilo de vida para esa persona. Para superar esta barrera, será necesario orar y ayunar mucho.

Proverbios 14:6: “Busca el escarnecedor la sabiduría y no la halla; mas al hombre entendido la sabiduría le es fácil.” El cinismo es dañino, porque nadie puede alcanzar la sabiduría y ser cínico a la vez.

Proverbios 15:12: “El escarnecedor no ama al que le reprende, ni se junta con los sabios.” ¿Has notado que cuando la persona es cínica no quiere oír respuestas ni consejos?

Conclusión

Es lamentable vivir en la ignorancia de que quizá yo soy un cínico. Pero más lamentable aun es hallarnos sentados, a brazos cruzados, con una actitud de desprecio y con una mirada de sarcasmo para con otros, sin ningún deseo de ser otra persona en Cristo. No es sabio ser cínico.

He notado que un espíritu cínico y el Espíritu Santo no conviven bien en un mismo cuerpo.

Cuando el Espíritu Santo halla la libertad para obrar en la vida de una persona, allí habrá “amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza” (Gálatas 5:22-23).

El que tiene la sabiduría de lo alto, goza de una vida “pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía” (Santiago 3:17).

Huyamos del cinismo, pongamos nuestras cargas a los pies de Cristo, y entreguémonos humildemente a vivir sabiamente.

Tomado de:  La Antorcha de la Verdad (julio- agosto 2019)

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